La manifestación se llevó a cabo en la zona de al-Diah, con manifestantes sosteniendo un cartel con la imagen del "mártir Hossein Barakat", pidiendo esclarecer las condiciones que llevaron a la muerte del activista.
Según las autoridades penitenciarias, la muerte del recluso se habría producido debido al Covid-19.
Barakat, un joven chiíta, estaba detenido en la infame prisión de Jau, al sur de Manama. Había sido encarcelado por su oposición a la discriminación y represión del régimen contra la población musulmana chií, que constituye la mayoría de la población del país.
Según la información disponible, el joven perdió la vida tras caer en coma por una grave infección pulmonar.
Según familiares y compañeros de Barakat, el activista falleció por falta de oxígeno y la negativa de las autoridades penitenciarias a concederle una baja médica temporal.
Las autoridades incluso habían dejado de informar a la familia de Barakat sobre su estado, limitándose solo a informar a su esposa después de la muerte del activista.
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